" La sequia empieza afectar a tamberos " La falta de lluvias está comenzando a afectar la producción de leche.

 

La situación actual del suministro de agua ha llevado a la necesidad de recurrir a reservas de alimento, específicamente forraje, para enfrentar la escasez. En las últimas tres semanas, la falta de agua se ha intensificado, lo que ha provocado la sequedad de las pasturas y la imposibilidad de un rebrote adecuado.

Aunque no se ha llegado a un estado catastrófico, la situación se está complicando. A pesar de que la última parte de la primavera fue favorable gracias a las lluvias, el panorama ha cambiado debido a la falta de precipitaciones y a varios años de déficit hídrico. Esta situación tiene un impacto directo en la producción de leche, ya que se ha observado una disminución en la remisión de este producto a la industria.

La falta de lluvias en varias zonas del país está generando preocupaciones significativas entre los productores rurales, especialmente entre los tamberos. En el último mes y medio, no se han registrado precipitaciones importantes, lo que ha llevado a algunos productores a recurrir a forrajes de reserva para alimentar a sus vacas. 

La situación es crítica para los agricultores y ganaderos del litoral oeste y los tamberos del sur, quienes están experimentando una disminución en la producción de leche. Ramiro Lema, un productor lechero de Canelones, ha señalado que la situación se está complicando. La escasez de lluvias está provocando la pérdida de pasturas, lo que a su vez está afectando la disponibilidad de alimento para el ganado.

La situación actual del suministro de agua ha llevado a la necesidad de recurrir a reservas de alimento, específicamente forraje, para enfrentar la escasez. En las últimas tres semanas, la falta de agua se ha intensificado, lo que ha provocado la sequedad de las pasturas y la imposibilidad de un rebrote adecuado.

La situación actual del suministro de agua ha llevado a Lema a recurrir a las reservas de forraje, lo que indica un problema creciente en la disponibilidad de alimento para el ganado. En las últimas tres semanas, la escasez de agua se ha intensificado, provocando la sequedad de las pasturas y la falta de rebrote, lo que agrava la situación.

Aunque Lema señala que aún no se ha alcanzado un estado catastrófico, la situación se está complicando. A pesar de que la última parte de la primavera fue favorable debido a las lluvias, el déficit hídrico acumulado en los últimos años está comenzando a tener un impacto significativo. Esto se traduce en una disminución en la producción de leche destinada a la industria, lo que podría tener repercusiones económicas en el sector.

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