¿ Podría impactar el asteroide 2024 YR4 en 2032 ? Lo que dice la NASA.

Existe una probabilidad del 2.3% de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra el 22 de diciembre de 2032, según cálculos de la NASA. Las zonas de mayor riesgo incluyen el Océano Pacífico, Norte de Sudamérica, Océano Atlántico, África y el Sur de Asia.

El asteroide 2024 YR4, de 40 a 100 metros de largo, tiene un 2.3% de probabilidad de impactar la Tierra en 2032, se clasifica como nivel 3 en la escala de Turín, indicando una probabilidad de impacto superior al 1%.

Las zonas de mayor riesgo incluyen el Océano Pacífico, Norte de Sudamérica (Colombia, Venezuela, Ecuador), Océano Atlántico, África (Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo), y el Sur de Asia (India, Bangladesh). Un impacto en los océanos podría causar tsunamis devastadores.

La trayectoria del asteroide se sigue monitoreando constantemente y podría cambiar, actualmente el asteroide se encuentra a 56 millones de kilómetros de la Tierra, pero se acercará a 106 kilómetros en 2032.

La NASA está monitoreando de cerca el asteroide 2024 YR4, que presenta una pequeña pero significativa probabilidad (2.3%) de colisionar con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Este asteroide, clasificado como nivel 3 en la escala de Turín, presenta un riesgo mayor al promedio de otros asteroides que se aproximan a nuestro planeta. Si bien la probabilidad es baja, la posibilidad de impacto ha generado preocupación entre los expertos.

Las proyecciones actuales indican que las regiones más expuestas a un posible impacto incluyen zonas costeras del Océano Pacífico y Atlántico, con el consecuente riesgo de tsunamis, así como partes de Norte de Sudamérica, África y el Sur de Asia.

Los países como Colombia, Venezuela, Ecuador, Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo, Omán, Pakistán, India y Bangladesh se encuentran entre los más vulnerables.

Es importante destacar que la trayectoria del asteroide puede cambiar en los próximos años a medida que se recopilen más datos. Los astrónomos continúan monitoreando su movimiento para refinar las predicciones y determinar con mayor precisión el riesgo real que representa para nuestro planeta.

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