Buscan frenar el avance de la plaga invasora que esta destruyendo las palmeras: Gobierno Nacional activará protocolo ante especies invasoras para contener al picudo rojo.

La Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise) ha propuesto la aplicación formal del Protocolo de Respuesta ante Especies Exóticas Invasoras.

Para enfrentar la proliferación, del escarabajo conocido como picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus Olivier), una plaga que amenaza gravemente las palmeras del país.

La iniciativa, presentada por la directora de la Dinabise, Estela Delgado, busca activar un mecanismo diseñado en 2018 con el objetivo primordial de "investigar y gestionar" este tipo de casos, y crucialmente, evitar la propagación de la bioinvasión en el territorio nacional. 

Este protocolo no es un esfuerzo aislado de una sola entidad; por el contrario, involucra la colaboración de varios ministerios, la Universidad de la República, y otros organismos estatales, conformando una red interinstitucional para abordar la problemática.

La propuesta surgió durante una reciente sesión del Comité de Especies Exóticas Invasoras (CEEI), presidido por Delgado en su calidad de titular de la Dinabise, que forma parte de la estructura del Ministerio de Ambiente. La reunión tuvo como finalidad articular \"acciones conjuntas\" que permitan una respuesta coordinada y efectiva contra el avance de esta plaga devastadora.

El CEEI es un cuerpo colegiado que refleja la transversalidad necesaria para enfrentar las bioinvasiones. Además de representantes del Ministerio de Ambiente, participan activamente delegados de carteras como Ganadería, Agricultura y Pesca, y Transporte y Obras Públicas. 

La academia, también tiene un rol fundamental, con la presencia de las facultades de Agronomía y de Ciencias de la Universidad de la República, así como sus Centros Regionales Universitarios. 

La sociedad civil organizada, a través de organizaciones sociales y no gubernamentales (ONGs), y otros organismos de gobierno como la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), completan la composición de este comité.

En la sesión, la directora de Dinabise también destacó la elaboración de "un informe técnico crucial que subraya la necesidad apremiante de generar un protocolo único y estandarizado para el manejo de esta plaga invasora a nivel nacional". 

En este contexto, Delgado enfatizó que una de las prioridades inmediatas es establecer "un registro interinstitucional de datos" robusto que permita monitorear con precisión la situación del picudo rojo en todo el territorio, facilitando así la toma de decisiones informadas.

Según la información actualizada, los departamentos que hasta el momento han reportado una mayor afectación por la presencia del escarabajo son Durazno, Florida, Lavalleja, Maldonado, Colonia, San José, Canelones y Montevideo. 

"Estamos articulando acciones de forma muy estrecha con intendencias, municipios y organizaciones sociales en estos departamentos para coordinar esfuerzos de control y mitigación", afirmó Delgado, subrayando la importancia de la colaboración a nivel local para enfrentar la plaga.

Paralelamente a esta acción específica contra el picudo rojo, el Ministerio de Ambiente continúa trabajando en la actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad. Este documento, cuya revisión está prevista para completarse en 2025, incluye entre sus metas estratégicas el compromiso de "cumplir con la reducción de especies exóticas invasoras", lo que demuestra la relevancia que el abordaje de estas amenazas biológicas tiene para la política ambiental del país.

El picudo rojo, identificado científicamente por primera vez en Uruguay en marzo de 2022, fue detectado inicialmente en el parque Quinta de Capurro, ubicado en el departamento de Canelones. La plaga fue notoria por estar causando estragos en palmeras de la especie Phoenix Canariensis, según reportes de la Intendencia de Canelones de la época. Durante el resto de ese año, la plaga causó la muerte de un total de 160 palmeras solo en Canelones, evidenciando su potencial destructivo.

Este insecto representa una seria amenaza debido a su ciclo de vida y comportamiento. Se desarrolla y reproduce completamente en el interior de la palmera huésped, donde pueden coexistir sus cuatro estadios (huevo, larva, pupa y adulto) simultáneamente. Las hembras fertilizadas son particularmente prolíficas, pudiendo depositar entre 250 y 400 huevos en tejidos blandos de la palmera, en heridas recientes o en zonas de crecimiento activo.

Una vez que las larvas eclosionan, comienzan un proceso de alimentación voraz del tejido interno de la palmera. Se mueven hacia el corazón de la planta, creando túneles que dejan llenos de excrementos y restos vegetales. 

Este daño interno debilita, progresivamente la estructura de la palmera, llevándola a su muerte de manera lenta pero inevitable si no se implementan medidas de control a tiempo. 

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