Investigadores han descubierto que un insecto nativo, hasta ahora menos reconocido como plaga forestal severa, el picudo negro (Rhynchophorus palmarum), también está atacando ejemplares de palmeras en el este del país, añadiendo una nueva capa de complejidad a la protección de estos emblemáticos árboles.
La preocupación generada por el picudo rojo africano (Rhynchophorus ferrugineus), una plaga exótica que ha causado estragos en poblaciones de palmeras a nivel mundial, coexiste ahora con la confirmación científica de la actividad del picudo negro, este insecto, pariente cercano del picudo rojo, ha sido identificado afectando a palmeras ornamentales, especialmente la palmera canaria (Phoenix canariensis), e incluso a la palmera nativa, la pindó (Syagrus romanzoffiana).
El hallazgo fue documentado en un trabajo científico publicado en octubre por los zoólogos Carlos Prigioni, Gonzalo Rodríguez y Álvaro Sappa, según relata Prigioni, una palmera canaria de aproximadamente 50 años de edad, ubicada en Granja Sánchez, departamento de Treinta y Tres, mostró síntomas inequívocos de una severa infestación por picudo negro, el árbol presentaba un marcado deterioro, con sus hojas caídas y orificios visibles en el tronco, señales características del daño interno causado por las larvas del insecto.
Los investigadores señalan en su publicación que, en las cercanías de este ejemplar, específicamente en la localidad de José Pedro Varela, varias palmeras canarias ornamentales exhiben síntomas similares. Si bien los científicos presumen que estas también podrían estar afectadas por el picudo negro, no descartan la presencia simultánea o exclusiva del picudo rojo en esos casos, dada la dificultad inicial para distinguir el agente causal sin un análisis detallado.
Ambos insectos, el picudo rojo y el picudo negro, pertenecen al mismo género, Rhynchophorus, lo que explica sus similitudes morfológicas y de comportamiento, incluida su predilección por las palmeras como huéspedes. Sin embargo, las implicaciones de una infestación por picudo negro en Uruguay requieren una evaluación minuciosa.
El estudio de Prigioni, Rodríguez y Sappa es particularmente relevante al advertir que el picudo negro no solo está afectando a las palmeras canarias, ampliamente utilizadas en paisajismo, sino que también ataca a la palmera nativa pindó. Este hecho resalta la urgencia de un seguimiento continuo para evaluar el alcance real del daño y la vulnerabilidad de las especies locales, "Debería continuarse con un seguimiento a los efectos de establecer alarmas tempranas", enfatizan los autores en su artículo.
Prigioni aclaró que, si bien se ha observado daño en ejemplares de pindó, aún no se ha confirmado si el picudo negro tiene la capacidad letal sobre las palmeras nativas similar a la que demuestra sobre las palmeras canarias, donde puede causar la muerte del árbol infestado.
Para confirmar la identificación y analizar la biología del insecto, muestras de larvas y capullos recolectados de la palmera afectada en Granja Sánchez fueron enviadas al Laboratorio de Entomología del Departamento de Sistemas Agrarios y Paisajes Culturales del Centro Universitario Regional Este (CURE), ubicado en Maldonado.
El picudo negro es una especie con una distribución geográfica vasta, extendiéndose desde el suroeste de Estados Unidos hasta el Cono Sur de América, en diversas regiones del continente, este coleóptero es reconocido como una plaga de importancia económica y ecológica, particularmente en cultivos de cocoteros y palmas de aceite.
Donde no solo causa daño, directo al perforar el tronco y alimentarse de los tejidos internos, sino que también actúa como el principal vector de la mortal enfermedad del anillo rojo, se estima que tan solo 30 larvas pueden ser suficientes para matar un cocotero adulto.
Dada la potencial severidad de este insecto en otras partes de su rango, los autores del estudio uruguayo instan a tomar medidas preventivas contundentes.
"Deben tomarse medidas drásticas que prevengan un incremento exagerado de sus poblaciones", señalan Prigioni, Rodríguez y Sappa en su trabajo publicado en la revista digital Acta Zoológica Platense.
Rocha Portal
No hay comentarios.:
Publicar un comentario