El pasado 10 de julio, un efectivo policial uniformado denunció haber sido rechazado por personal de salud cuando intentó realizarse un control de presión arterial en la policlínica del barrio Lagunón, en Rivera.
El funcionario cumplía tareas de custodia acompañando a una mujer detenida y decidió aprovechar su paso por el centro asistencial para hacerse el chequeo médico, como parte de un tratamiento de diez días que incluía controles diarios de presión, además de estudios de colesterol y otros análisis.
Según relató el propio policía, se acercó a la policlínica en una camioneta oficial y pidió a una nurse que le tomara la presión, la solicitud fue denegada sin justificación, hecho que el funcionario calificó como “arbitrario”, “Estoy con orden médica, tengo que controlarme todos los días”, explicó.
La situación generó malestar dentro del cuerpo policial, al entenderse que se trataba de una necesidad sanitaria y no de un uso indebido de funciones.
Rocha Portal
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