La denuncia fue escuchada, pero no a tiempo: La Justicia había ordenado medidas contra Morosini el mismo día que fue denunciado por su expareja dos días antes del doble filicidio.

La denuncia por violencia psicológica y la posterior decisión de la Justicia no lograron evitar la tragedia que culminó con la muerte del padre y sus dos hijos.

El Juzgado Letrado de Primera Instancia de Mercedes de 4º turno envió al presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), John Pérez Brignani, un resumen del expediente iniciado el 1º de setiembre por violencia de género contra Andrés Morosini, dos días antes de que raptara a sus hijos y se arrojara con ellos al arroyo Don Esteban, en Río Negro.

Ese día, Micaela Ramos, expareja de Morosini, denunció ante la Comisaría Especializada en Violencia Doméstica y Género que sufría violencia psicológica. Relató que convivieron durante 13 años y tenían dos hijos, Francisco de 6 años y Alfonsina de 2 años.

Indicó que Morosini había intentado suicidarse en febrero y que pese a prometer iniciar terapia, no mostró cambios. Ramos agregó que recibió un video por Whatsapp en el que Morosini, junto a los niños en el auto, les pedía que se despidieran de ella, lo que la llevó a formalizar la denuncia.

Solicitó como medida cautelar el retiro del hogar, expresando que no soportaba más la situación y que deseaba evitar discusiones frente a sus hijos. Rechazó la opción de custodia policial, pidiendo únicamente la cautelar para ella.

Morosini negó ante la Policía haber ejercido violencia, describiendo la relación como marcada por “altos y bajos” y discusiones “como cualquier pareja”. Afirmó que Ramos le pidió que se fuera y que él accedió “de a poco” para no afectar a los niños, planeando mudarse a la casa de sus padres, a 80 metros de distancia.

Ese mismo 1º de setiembre, se notificó a ambas partes la prohibición de acercamiento, contacto y comunicación por 180 días, en un radio de 50 metros, además del retiro del hogar con prestación de garantías.

El informe judicial concluye con las averiguaciones realizadas para localizar a Morosini y sus hijos, incluyendo la revisión de cámaras de vigilancia.

El 3 de setiembre, Morosini raptó a los niños de la casa de Ramos. La búsqueda se extendió por tierra y aire hasta que el 5 de setiembre, en el arroyo Don Esteban, se halló el vehículo con los cuerpos del padre y sus hijos.

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